María Sanjuan consiguió imponerse a 76 jinetes.


El Ave María San Isidro cuenta con alumnos de excepción que, además de brillar académicamente, también destacan fuera de nuestro centro. Sus destrezas, habilidades y talentos les permiten posicionarse como un referente en el deporte, en las competiciones académicas y en otros muchos campos. Haciendo cobrar vida la misión de nuestro centro: que nuestros alumnos sean el verdadero activo de cambio de esta sociedad.

Desde pequeños, alumnos como María Sanjuan, de 2º B de Educación Primaria, han empezado a dejar huella gracias a su pasión, su afición y, por supuesto, a su innata habilidad para un deporte tan apasionante como es la hípica. A sus ocho años ya ha conseguido participar en diversos campeonatos y obtener importantes reconocimientos, entre ellos quedar como cuarta clasificada en la VIII Copa de Andalucía de Hípica, celebrada en el Royal Center Hípica de Sancti Petri (Cádiz).

María Sanjuan consiguió imponerse a 76 jinetes, y quedó a solo un puesto de subirse al podio. Mientras tiene la oportunidad de volver a montar a caballo en el Centro Hípico Cenes, esta alumna de Primaria se acuerda de su monitora Raquel, quien la ha enseñado a “galopar, el trote levantado… bueno, a todo lo que hacemos con el caballo”. Por supuesto María no se olvida de sus grandes compañeros de viaje: Pluto, Nube, Guaire y Pimienta, los cuatro caballos con los que habitualmente monta y cuida antes de cada entrenamiento.

“Siempre llegamos antes al entrenamiento para poder preparar al caballo”. Pero, en ¿qué consiste esa preparación? Cuando María llega le gusta cepillar a sus caballos, limpiarlos, ponerles la montura, la cabezada, el bocado, los protectores y todo cuando se necesita antes de ponerse a entrenar tanto salto como doma clásica. Una experiencia que, como ella misma confiesa, es “súper chula: esa sensación de sentir que el caballo hace lo que tú vas marcando”.

Su buen hacer académico y también deportivo, le hacen pensar a María en la idea de tener sus propio caballo. Mientras llega ese momento, nuestra intrépida alumna ya piensa en cómo llamaría su equino: “Si es chica y de color marrón clarito, me gustaría que se llamara Canela. Y si es chico, y de color blanco, Bolita de Pelo”.